La Fundación Carles Blanch llevó a cabo la construcción del nuevo Centro Sant Jaume en Badalona, con el objetivo de proporcionar espacios luminosos, acogedores y flexibles para colectivos desfavorecidos. El proyecto implicó la remodelación y ampliación del centro existente, incorporando un edificio de cuatro plantas en la finca adyacente que se integrara con el edificio actual de una planta y mantuviera el jardín interior.
El enfoque de sostenibilidad fue esencial, minimizando el impacto ambiental en la construcción y operación del edificio. El diseño bioclimático, inspirado en casas pasivas, aprovechó materiales sostenibles y recursos naturales para reducir las necesidades energéticas.
El edificio se diseñó con materiales renovables de bajo costo y una estética sencilla y moderna, priorizando la inclusión. La planta baja presenta un ambiente acogedor y conecta las calles a ambos lados. La adaptabilidad modular de las estancias permite su reconfiguración según las necesidades. La planta superior se concibió como un espacio de interacción exterior.
El edificio integra estructura de madera con propiedades térmicas y fachadas exteriores de paneles de policarbonato reciclado, mientras que las paredes interiores de madera brindan confort y calidez. La iluminación se potencia mediante paneles traslúcidos en la medianera, creando ambientes mágicos tanto de día como de noche.
El sistema de refrigeración innovador utiliza aire exterior preacondicionado a través de un depósito de agua enterrado, garantizando una temperatura confortable en todo momento. La construcción facilita la deconstrucción y reparación, y se maximiza el uso de materiales reciclables, reduciendo significativamente las emisiones de CO₂ en comparación con edificios convencionales.